Asesinado en El Ferry no era de una bacrim: estaba en el lugar equivocado
"Salió a realizar una recarga a su celular y de regreso se quedó viendo el partido", aseguró su hermana, quien descartó que su familiar fuera delincuente.
En una humilde vivienda de la carrera 7B con calle 5B del barrio El Ferry, a pocos metros de la fatídica balacera de anoche, vivía Tomás Jiménez Pérez. El luto embarga a sus familiares y vecinos, pues su muerte fue sorpresiva.
Jiménez Pérez había salido de su casa junto con sus tres hijos menores de edad a realizar una recarga para llamar a su esposa para que saliera de su trabajo antes que terminara el partido.
Martha Jiménez, hermana de la víctima, relató que Tomás había salido un momento a recargar saldo a su celular.
"Él fue a recargar para llamar a su esposa que trabaja cerca del Metropolitano para decirle que saliera antes porque podía formarse un problema por el partido. Después de recargar se venía para la casa pero se quedó viendo el partido, quedó en el lugar equivocado porque dos hombres en moto dispararon indiscriminadamente", contó su hermana.
Tomás De los Santos quedó afuera del establecimiento porque estaba lleno, dio la espalda a la calle y a los pocos minutos los sonidos secos de disparos alteraron el orden que había en el sector.
"Los tipos llegaron en una moto y como con una ametralladora hicieron los disparos. Fue una ráfaga de balas que dos le impactaron a Tomás, y a sus tres hijos le dieron en sus piernas", manifestaron.
Uno de sus hijos mayores (menor de edad) quien recibió un balazo en su muslo derecho, contó que su papá intentó correr para refugiarse de las balas.
"Mi hermano y yo estábamos cerca a la pantalla del televisor, cuando comenzaron los disparos salimos corriendo y cuando nos volamos un muro nos dieron las balas en las piernas. Mi papá intentó refugiarse y abrazó a mi hermano menor (4 años) para que no lo hirieran, pero recibió los tiros y a mi hermanito en la pierna", relató el hijo de la víctima.
En ese momento del hecho todo fue desconcierto, las personas heridas pedían ayuda, y en varios taxis fueron llevados hasta el Camino Simón Bolívar.
Tomás murió cuando ingresaba al centro asistencial porque una de las balas le hizo daño en su corazón.
Los heridos de gravedad fueron remitidos hasta el Camino Universitario Adelita de Char, allí murió una menor que recibió un tiro en el rostro.
Dos de los tres hijos de Tomás fueron dados de alta porque los médicos consideraron heridas leves.
Martha en medio del dolor dejó claro que su hermano no hacía parte de ninguna banda delincuencial del sector y que su hermano estaba en el lugar equivocado.
"Puedo dar fe que mi hermano no hace parte de eso. Quien sabe a quien venían persiguiendo que estaba en ese lugar", indicó.
Tomás Jiménez Pérez trabajaba en oficios varios y tenía un negocio de fritos en su casa para sostener su hogar.
Aparentemente el ataque se registró por un problema entre las bandas delincuenciales Los 40 Negritos y Los Papalópez.